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Foto del escritorVíctor Herrera M.

¿Hasta cuándo?



Todo parece indicar que Barranquilla, y por ende Colombia, ha perdido la sede de los XX Juegos Panamericanos del 2027, que obtuvo por aclamación hace 6 años.


Otra vez, la desidia del gobierno central – en esta ocasión en manos del presidente Gustavo Petro y su ministra Astrid Rodríguez – perjudica o atrasa el progreso de nuestra ciudad y de nuestra región.


Y pudiera pensarse, con razón, que por ser Petro se trata de una acción u omisión deliberada de un enemigo político de la administración local. Pero es que también nos ha pasado con los “amigos”.



Sí, ya había sucedido con los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2018 que celebramos aquí. Recordemos que, luego de haber obtenido la sede para Barranquilla en Veracruz (México) en una difícil lucha contra Ciudad de Panamá, el gobierno nacional –esa vez en manos del presidente “amigo” Juan Manuel Santos– se comprometió a asumir el 70% del costo de las justas y al final no cumplió. Le tocó actuar con prontitud, pero con responsabilidad, al entonces alcalde Alex Char (al que, curiosamente, ahora le ha tocado afrontar este nuevo episodio) y salir a buscar la financiación y construir los 13 escenarios deportivos, la Villa olímpica y, además, implementar toda la organización de los juegos, que han sido calificados como los mejores de la historia. Fue tanto el éxito de los mismos, que su realización fue clave para obtener ahora la adjudicación de la sede de los Panamericanos, que son los segundos juegos de mayor importancia en el mundo después de los Olímpicos.


También hubo desidia y apatía durante el gobierno nacional del otro “gran amigo”: el presidente Iván Duque. Allí fue quizás peor, pues durante su mandato alcanzamos, por primera vez en nuestra historia, a tener hasta cinco ministros barranquilleros en su gabinete, además de la procuradora general de la nación (que sigue siendo la misma), el director nacional del Invima y otros altos cargos nacionales. Y, sin embargo, nos aplazaron todo ese tiempo en temas vitales para la ciudad y la región como: el dragado del canal de acceso al Puerto de Barranquilla, la fracasada remodelación del Aeropuerto Ernesto Cortissoz, la construcción de la poco funcional “mega obra” del Puente Pumarejo, así como la demolición del viejo puente, lo del peaje de “Los Papiros”, la doble calzada a Ciénaga, la terminación de la Vía al mar hacia Cartagena, la consecución de una draga permanente para el puerto y la licitación para la recuperación de la navegabilidad del Río Magdalena, entre otros. Y eso que siempre estuvo, durante los 4 años, al frente del Ministerio de Transporte la barranquillera Angela María Orozco.


Como quien dice: “Con amigos así, para que enemigos”.


¡¡Lo más triste es que todavía seguimos esperando…!!


Podríamos hablar de historia, y entonces remontarnos a la perdida y posterior “venta” del Canal de Panamá en 1.903 como una muestra fehaciente de la indiferencia, el irrespeto y hasta el desprecio del gobierno central por nuestra región. O lo más reciente, al perder una gran parte de las aguas territoriales de San Andrés en el pleito internacional con Nicaragua.



Sin embargo, también hay que decir que “El Centralismo” ha sido la excusa perfecta que ha servido perversamente a muchos para no actuar, para ser cómplices de las actuaciones u omisiones del poder nacional a conveniencia, para sacar provecho en interés particular o, simplemente, para justificar la inercia.


Es hora de asumir y lograr la ejecución de nuestras propias iniciativas.


¡¡Aquí se ha hecho bastante y creemos que se puede hacer mucho más…!!


@vherreram

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