El dólar ha retomado su fortaleza globalmente y en septiembre ha arrasado con el terreno abonado por la cesta de las principales monedas de Latinoamérica, con caídas en lo corrido del año que alcanzan hasta los dos dígitos en el caso del peso mexicano y argentino y el real brasileño y eptiembre ha sido un mes de especial fortalecimiento de la divisa estadounidense en algunos mercados como Colombia
En lo corrido del año, hasta este jueves 12 de septiembre, las monedas más depreciadas de Latinoamérica en lo corrido del año son el peso argentino (-15,67%), el real brasileño (-14,31%) y el peso mexicano (-14,06%). Entre tanto, el peso colombiano se ha restado un -9,17% en comparación al precio del dólar, el peso chileno un -5,67% y el sol peruano un -1,60%, según las cifras de Bloomberg.
“El movimiento en las monedas de la región viene impulsado por la expectativa frente a un recorte de tasas de interés en EE.UU. por parte de la Reserva Federal (FED), pero también una mayor aversión al riesgo en la región empujada por factores como peores cifras fiscales en México, y la nueva reforma tributaria en Colombia”, afirma el analista financiero Gregorio Gandini.
Todo esto también en un contexto de mayor incertidumbre por las elecciones de Estados Unidos que fortalece el concepto del dólar como refugio.
La influencia de las materias primas en el precio del dólar
El analista sénior en la firma GHTrading, Renato Campos, dice que el factor común en la depreciación de las monedas de LatAm también se desprende de la desaceleración económica global que termina golpeando la demanda de materias primas, de las cuales la región es una de las mayores fuentes de suministro, especialmente en commodities como el cobre o el petróleo.
“Ahora, que puedan debilitarse mucho más, es donde está la duda pensando en los recortes de tasas de interés de Estados Unidos que, por un lado, debilitan al dólar de manera intrínseca, y, por otro, también manifiestan la intención de que al tener menor tasa de política monetaria incentivan el dinamismo de las economías y ahí es donde se prevén tal vez una mejora en las demandas de commodities eventualmente. Por eso tal vez se estima que existiría un rango lateral de mediano plazo”, apuntó.
De acuerdo a un análisis de GHTrading, las monedas en Latinoamérica continúan mirando con cautela los próximos pasos de los principales bancos centrales del mundo.
De un lado, explica que los precios del petróleo (julio en adelante) y el cobre (desde mayo-julio) han retrocedido un 20% aproximadamente, “dejando en evidencia las preocupaciones en torno al impulso que presentaría la demanda mundial, motivo por el cual se esperarían recortes sostenidos en el tiempo en los bancos centrales”.
En este contexto, en Brasil, Colombia y México explica además que las monedas están siendo afectadas por los menores precios señalados por las materias primas.
Además, “por factores internos tales como la confianza y servicios, se espera que la inflación aumente en Brasil y México, lo que socavaría cualquier intención de recuperación en el corto plazo mientras la FED planea recortar su tasa”.
Y en Chile el peso muestra debilidad de acuerdo con las previsiones más bajas en torno al crecimiento proyectado para el término de 2024 y años posteriores, según GHTrading.
“Nuevos recortes en la tasa de interés influyen. A corto plazo el dólar actúa como refugio seguro, esto mientras el mercado analiza de cerca los posibles nuevos ajustes que se puedan llevar a cabo en Japón y con ello señalar un escenario favorable para las monedas LatAm”, dice el comentario.
El caso del peso colombiano y el dólar
En la principal cesta de divisas de la región, el peso colombiano es la moneda que más se ha depreciado en lo corrido del mes y el gerente de Estrategia de Itaú Colombia Comisionista de Bolsa, Camilo Díaz, lo asocia a cuatro factores en específico.
Por un lado, evidencia un factor técnico: la ruptura del nivel de los COP$4.200, que había sido un techo importante para el precio dólar, abrió la puerta de que la moneda estadounidense se dirija hacia los COP$4.400. Este cambio está acompañado por una presión regional, impulsada por una depreciación importante del peso mexicano.
El segundo factor es el comportamiento del dólar internacional, que dejó de debilitarse y ha mostrado mayor resistencia. El tercer factor es la caída en los precios del petróleo, que han llegado a mínimos desde 2023, generando incertidumbre, aunque su impacto aún es limitado.
Finalmente, el cuarto factor es la posibilidad de que el Banco de la República acelere la bajada de tasas de interés tras el dato de inflación reciente (en agosto de 2024 fue del 0,00%), lo que haría menos atractivos los retornos del peso colombiano y podría llevar a una fuga de capitales hacia países con ciclos más avanzados de reducción de tasas.
Estos factores combinados han generado una presión alcista en el tipo de cambio, con la posibilidad de alcanzar niveles por encima de los COP$4.400, especialmente si se confirman señales de una recesión en Estados Unidos.
Las monedas de Latinoamérica en la comparación con los demás mercados emergentes
En la cesta de mercados emergentes, el peso argentino es la moneda más depreciada, seguido por el real brasileño y el peso mexicano. En la otra cara, las más apreciadas con el ringgit malayo (5,97%), el rand sudafricano (2,62%) y el zloty polaco (1,2%).
Globalmente, las monedas más depreciadas en lo corrido del año son la libra libanesa (con una caída del 83,21%), el birr etíope (50,57%) y la naira nigeriana (44,82%).
Comportamiento de la cesta de las principales monedas de Latinoamérica en septiembre (del 3 al 12 del mes):
Sol peruano: 0,57%
Peso mexicano: 0,46%
Peso chileno: -0,31%
Real brasileño: -0,33%
Peso argentino: -0,57%
Peso colombiano: -1,40%
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