La primera carga de una batería de iones de litio es más importante de lo que parece. Determina cuán bien y durante cuánto tiempo funcionará la batería a partir de entonces; en concreto, cuántos ciclos de carga y descarga puede soportar antes de deteriorarse.
En un nuevo estudio, unos científicos han comprobado que dar a las baterías esta primera carga mediante una determinada corriente que es mucho más alta que las usuales, aumenta su vida media en un 50 por ciento, además de reducir el tiempo de carga inicial de 10 horas a solo 20 minutos.
La investigación la ha realizado un equipo integrado, entre otros, por Xiao Cui y Will Chueh, ambos de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, así como del Laboratorio Nacional de Aceleradores SLAC, dependiente del Departamento de Energía del Gobierno de Estados Unidos.
En el estudio también han trabajado expertos del Instituto de Investigación de Toyota (TRI), el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Washington, en Estados Unidos.
Lo descubierto en el estudio tendrá sin duda repercusiones en el proceso de fabricación de muchas clases de baterías de iones de litio, incluyendo las que energizan a los automóviles eléctricos y las que almacenan energía sobrante en centrales eléctricas para su uso cuando la fuente primaria no está disponible, como ocurre con las centrales solares de noche o las eólicas cuando no sopla el viento. NCYT
Comentarios