Aunque muchos están felices de regresar a reencontrarse con sus viejos y nuevos compañeros, otros tantos siguen aún renuentes a ese regreso.
Poco a poco las cosas empiezan a volver a la normalidad en Colombia, luego de la afectación que trajo la pandemia del COVID-19, y entre ellas está el regreso de los empleados a la oficina, quienes durante más de un año estuvieron trabajando desde la comodidad de sus casas.
Aunque muchos están felices de regresar a reencontrarse con sus viejos y nuevos compañeros, otros tantos siguen aún renuentes a ese regreso, que en muchas empresas se está haciendo de forma gradual, mientras que en otras ya se hizo en su totalidad.
Sin embargo, todavía quedan muchas inquietudes en torno a este tema, como las consecuencias que este regreso podría suscitar; si la mejor forma de hacerlo es parcial o total; qué miedo se mantienen en torno al virus; y los sentimientos negativos que esto podría generar en los trabajadores.
El psicólogo Pedro Garzón y la médica general Marysol Parra, expertos de la red de médicos registrados en DoctorAkí.com, la plataforma de Servicios Bolívar que conecta a las personas con especialistas particulares, coinciden en que el regreso trae más beneficios que cosa malas.
El doctor Garzón asegura que regresar a la presencialidad laboral, con los protocolos debidos, tiene muchas ventajas, ya que “generaría una mayor pertenencia para los empleados y motivación para lograr los objetivos organizacionales”.
La doctora Parra, por su parte, coincide en que el regreso de los empleados a las compañías también tiene grandes beneficios, siempre teniendo en cuenta los debidos protocolos de seguridad para brindar a los trabajadores la sensación de que allí estarán seguros.
Por una parte, la médica general considera que los empleados reactivarán su actividad física y el desarrollo individual, aunque sostiene que hacerlo de forma parcial o total depende de una evaluación y un diagnóstico que realice un profesional de salud ocupacional.
“Se deben revisar temas como aforo, tiempo de exposición, frecuencia, protocolos de bioseguridad instaurados, uso de equipo de protección personal adecuados y niveles de circulación del virus en la región donde se va a desarrollar la actividad laboral”, señala.
Frente a las dinámicas que se traían con la familia, el experto considera que también será un nuevo aire para las personas, debido a que la pandemia profundizó, en algunos casos, los conflictos en la convivencia.
“La presencialidad rompe la monotonía y nos abre las puertas a nuevas experiencias para ser mejores personas y nos brinda el tiempo necesario para pensar diferente”, enfatiza la doctora Parra, quien considera que no se debe perder la importancia de disfrutar momentos en familia y vivirlos con frecuencia.
Las relaciones interpersonales tampoco tendrían porqué verse afectadas, según Garzón, ya que volver a la presencialidad no debe generar una baja interacción entre las parejas. El profesional sugiere que el regreso se lleve a cabo de manera consciente y si fuera el caso, contar con acompañamiento psicológico. COLPRENSA
댓글