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¿Autosugestión en efectos secundarios de vacunas contra la COVID-19?



El efecto placebo es el conocido fenómeno de la mejora de la salud física o mental de una persona después de tomar un tratamiento sin beneficio terapéutico farmacológico real: una píldora de azúcar o una jeringa llena de suero inocuo, por ejemplo.



Aunque no se conocen bien los fundamentos biológicos, psicológicos y genéticos del efecto placebo, algunas teorías apuntan a las expectativas como causa principal y otras sostienen que factores no conscientes integrados en la relación médico-paciente reducen automáticamente la intensidad de los síntomas.


A veces puede darse un efecto análogo pero en sentido contrario; el llamado "efecto nocebo" se produce cuando una persona experimenta efectos secundarios molestos tras tomar un tratamiento que en realidad es incapaz de ejercer efecto alguno. Esa misma píldora de azúcar del ejemplo ahora provoca náuseas, y esa jeringa llena de solución salina inocua ahora genera fatiga.


En un nuevo metaanálisis de los resultados de ensayos de vacunas contra la COVID-19, el equipo de Julia W. Haas, del centro médico BIDMC (Beth Israel Deaconess Medical Center) en la ciudad estadounidense de Boston, comparó los porcentajes de efectos adversos notificados por los participantes que recibieron las vacunas con los porcentajes de efectos adversos notificados por los que recibieron una inyección de placebo que no contenía ninguna vacuna.



Haas y sus colegas comprobaron que los participantes en el ensayo que recibieron la vacuna tendían mucho más que los otros a informar de efectos adversos pero que un 35,2% de los participantes que recibieron el placebo también informaron de al menos un efecto adverso, siendo el dolor de cabeza y la fatiga los más comunes, lo cual muestra que podría haber autosugestión en algunos efectos adversos de las vacunas contra la COVID-19. NCYT

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