Arabia Saudita decidió no renovar el acuerdo del ´Petrodólar´, que expiró este 9 de junio, poniendo fin a una relación de simbiosis financiera de casi 50 años con Estados Unidos. El mismo principe saudita, Mohamed bin Salmán, afirmó que no prorrogará el contrato, en un enorme cambio para el entorno financiero global
La crucial decisión permitirá a Arabia Saudita vender petróleo y otros bienes en monedas diferentes al dólar estadounidense, como el RMB chino, el euro o el yen, e incluso, en criptomonedas como el bitcoin, en lugar de hacerlo de manera exclusiva en la moneda norteamericana.
Este acuerdo permitía a Estados Unidos controlar el mercado energético mundial y su impacto en el nivel de vida de los norteamericanos es determinante a nivel financiero, aunque no afectará las necesidades de crudo y energía para Estados Unidos porque ya se abastece con petróleo de esquisto.
Esta decisión saudí significa un claro alejamiento con respecto al país del norte a nivel político y económico y puede tener importantes repercusiones en el valor de dólar y en la respectiva demanda como divisa preferida para el comercio internacional.
El hecho de que el petróleo ahora no esté denominado únicamente en dólares cobra importancia, más allá de las áreas de petróleo y finanzas. Mientras se exigía que el petróleo se vendiera solo en en la moneda estadounidense, el acuerdo sostenía el estatus del dólar como moneda de reserva mundial.
La demanda global de dólares para comprar petróleo ha ayudado a mantener fuerte la moneda, haciendo las importaciones relativamente baratas para los consumidores estadounidenses. Además, la afluencia de capital extranjero a los bonos del Tesoro respaldaba las tasas de interés.
La expiración del petrodólar quita fuerza a la moneda estadounidense y, por extensión, a los mercados financieros del país. Si el precio del petróleo se fija en monedas distintas al dólar se generará una disminución en la demanda mundial del billete verde.
Se debilita el dominio del dólar
El paso dado por Arabia Saudita no solo resalta porque marca el fin del sistema conocido como ´petrodólar´, sino porque inicia una nueva fase en el proceso de desdolarización que impulsan desde hace varios meses China y Rusia.
La iniciativa es parte de una tendencia que siguen muchos otros países para alejarse del dólar. Y a pesar de la mayoría de los analistas coincide en que la salida del petrodólar no representa un golpe mortal para la moneda estadounidense (porque no implica el final de su dominio) ciertamente la debilita.
Tal como lo indican los análisis de Mises, un instituto europeo de estudios económicos, esto ocurre en un contexto en el que la participación del dólar en las reservas mundiales registra una baja importante.
Sin embargo, se despliegan las posibilidades de acción para un abanico de monedas dentro del comercio petrolero. Algo que –dependiendo del país dominante– daría nacimiento a un nuevo sistema, profundizando con ello el proceso de desdolarización global.
Hay quienes piensan que el fin de petrodólar podría dar potencia al petroyuan, el sistema creado por los chinos en 2018 para competir con el petrodólar y que se usa para el comercio de petróleo con Rusia, Irán y Venezuela.
En este punto, es fundamental considerar el papel de Arabia Saudita como principal productor y exportador de petróleo del mundo, y de China como motor de la desdolarización.
Desde 2021 China se ha convertido en el principal comprador del petróleo de Arabia Saudita.
El gigante asiático ha logrado que gran parte de su comercio transfronterizo se ejecute en su moneda local. El impacto de esta iniciativa ha llevado a que el yuan supere al dólar en los pagos internacionales de China. De ahí que el comercio de petróleo con los saudíes y con otros países se liquide en yuanes.
El sistema ´petrodólar´
El sistema ´petrodólar´ se estableció en 1972, como vía para rescatar al dólar estadounidense de la precaria situación en la que se encontraba tras abandonar el sistema de Bretton Woods, luego de que los estadounidenses decidieran desvincular su moneda del patrón oro.
En ese momento la salvación vino de Arabia Saudita y se acordó que, a cambio de seguridad militar, el principal exportador de petróleo del mundo usaría dólares para vender el crudo y, a su vez, comprar bonos del Tesoro estadounidense (comprar deuda de EE.UU.), ayudando así a financiar los déficits presupuestarios del país del norte. Un mecanismo que, con los años, se extendió a los demás vendedores de petróleo a través de la OPEP. AGENCIAS
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